Seguir a Jesús sigue siendo una moción del Espíritu Santo, también en esta época. La vida consagrada está en crisis iniciada después del Concilio Vaticano II y está fuertemente golpeada por la globalidad que vive la sociedad. Se perdió la identidad. Los estilos están en crisis y permanecerán seguramente sólo aquellos que tengan una espiritualidad estable y probada. Una espiritualidad que verdaderamente haga presente a Jesucristo. Faltan obreros en la míes, el campo es mucho más basto que antes.
Conversemos, ¿cuáles son las consecuencias de esta crisis? ¿qué debería cambiar en la vida religiosas apostólica y comunitaria?
¿Eres religiosa?
ResponderEliminarAbrí un blog justamente para tratar estos temas.
Tal vez para buscar juntos, con hermanos que se estén planteando las mismas cosas.
Si quieres, te invito.
Ahora recorreré un poco el tuyo.
Hola, ¿cómo estás? disculpa la demora, demasiado que hacer y no ví este comentario, lo visualizo recién hoy. De qué congregación eres?
ResponderEliminarUn abrazo.
Pertenezco a una congregación apostólica.
ResponderEliminarMuy buen trabajo. Felicitaciones
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