Se daba por sentado que los jóvenes eran los que golpeaban las puertas de los conventos o a través de un contacto decían que al parecer tenían vocación, hoy esta acción casi a desaparecido. Entre las multiplicidad de alternativas que tienen los jóvenes para escoger no aparece la propuesta de la vocación religiosa. No se le está hablando a los jóvenes sobre Dios. Aquellos que recibieron la vocación a la vida consagrada se quedaron en silencio, ¿por qué?...
Ha pasado tiempo y mi alma está llena de emociones, la gran cantidad de actividades y estudio coparon también mi mente y no lograba tener tiempo para escribir, intentaré volver.
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