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lunes, 22 de junio de 2009

Formación para tiempos de crisis

Participé en la eucaristía que presidió el Padre Amedeo Cencini, aquí en Santiago de Chile, hoy 22 de junio, se expresó perfectamente en español.
Dijo que, “Abraham es el ícono de la formación permanente. El se deja formar por el Padre para que encuentre en nosotros el rostro de su Hijo.
Llamado de Abraham; tiene 75 años, sería en la fase no solo terminal de la vida, sino en la fase más madura de la vida vocacional. El corazón de la formación.
Es en esta fase, más madura, donde somos dispuestos a oír ciertas palabras de Dios.
Es el segundo llamado, la conversión radical. Determina en la persona un proceso radical de conversión.
Lo qué Jesús mismo dijo a Pedro, “te llevarán donde tu no quieres”. Pedro celebra su vocación con este tipo de actitud.
Así es con Abraham. Ya un creyente con palabras llenas de misterios de la esperanza.
Abraham no dice nada. Deja totalmente su vida en Dios. Deja sus orejas para oír de Dios.
Escucha a Dios, porque siempre está en la vida hablado y revelado el auténtico llamado”.
Entonces dice el Padre Amedeo; “agradecer porque es Dios quien imprime la vida. Los proyectos son de Dios. Algo que no es lo que quiero aceptar. “Otro te llevará donde tu no quieres”.
Abraham edifica altares, lugares del sacrificio de su voluntad.
El altar es también el lugar de la bendición ofrecida por Dios.
El hombre se alegra porque Dios dice su nombre, aunque él no entiende en ese momento…
Tu eres mi hijo…un predilecto…
Amado desde siempre…
Bendición que la persona se deja llamar por Dios.
Bendición que nos abre una nueva vía. En cada situación de la vida Dios presente con amor eterno te he amado.
El eterno amante”.
Abandonarnos en la voluntad de Dios, permanecer en la fe, saltar al vacío…