Translate

viernes, 24 de abril de 2009

ENCUENTRO


Un camino reconocido para encontrar a Jesucristo es el que nos propuso Santa Teresa de Jesús. Tu alma es como un gran castillo, y dentro de ella hay muchas moradas. En la morada más hermosa , la principal es "adonde pasan las cosas de mucho secreto entre Dios y el alma". Allí se encuentra el tesoro por el cual vale la pena venderlo todo para comprar el campo.

Déjate conducir por Él, que Él sabe lo que hace.

Santa Teresa de Jesús, expresa, "la puerta de este castillo es la oración"(1M). Hoy son demasiados los ruidos que nos asechan. La economía, el trabajo, la aceleración de la vida, la familia, el consumo, la vida social, y tu sabes cuantos ruidos más tienes que apagar y vencerlos para dedicarte con pasión a Buscar a Dios. Tienes que ir profundo para encontrar la morada del centro, cava profundo y la encontrarás. El silencio es una bendición.

martes, 21 de abril de 2009

LlAMADOS AL SEGUIMIENTO DE JESUCRISTO

Dios nos revela su proyecto de vida. Sale al encuentro de la mujer y del hombre para hacerlos participar de su vida.
Jesús nos invita a vincularnos estrechamente a Él, porque sólo Él tiene palabras de vida eterna (cf. Jn. 6, 68). Lo primero que hemos aprendido es que fue Cristo quien nos eligió y lo segundo que debemos aprender es que no nos convocó para algo, sino que nos eligió para vincularse íntimamente a su Persona. Nos eligió para estar con Él. En segundo lugar está la predicación (cf. Mc. 3, 14).
Vincularse con Él para ser de Él, para formar parte de los suyos, para asumir su mismo estilo de vida, para correr su misma suerte, para hacer amistad con Él, para permanecer en Él, para dar muchos frutos (cf. Jn. 15, 1ss), para hacerse cargo de su misión, para obedecer al Padre, para contemplar a Dios.
Se nos enseñó que hay laicos y laicos comprometidos. No se nos enseñó que hay religiosos y religiosos comprometidos, que hay sacerdotes y sacerdotes comprometidos, que hay obispos y obispos comprometidos. El cambio cultural con sus cambios comunicacionales nos han llevado a darnos cuenta de estas incoherencias. Todos somos responsables.

Vincularse con Jesucristo es vincularse con su Palabra, allí está la identidad del laico, del religioso, del sacerdote, del obispo. Jesús nos quiere amigos no “siervos”. El siervo no sabe lo que hace su Señor, nos reveló todo lo que aprendió del Padre, “Yo les he comunicado lo que tú me comunicaste” (Jn. 17, 8).

¿Hacia dónde transita la identidad del que sigue a Jesucristo?
¿Cuál es la identidad de la vida consagrada hoy? ¿Hacia dónde debe caminar esta identidad?
¡Búscalo! Ir a dentro de sí mismo/a, buscar a dentro de sí, contemplarlo, allí mora en tu interior, muy dentro, en lo profundo, en el silencio y quédate con Él.